El asma es una enfermedad crónica que afecta a personas de todas las edades y se produce por la inflamación y la contracción de los músculos que rodean las vías respiratorias, las cuales dificultan la respiración.
Este 7 de mayo se conmemora el Día Mundial del Asma, con el fin de involucrar a los pacientes con la atención y control oportuno de la enfermedad para reducir factores de riesgo o complicaciones de salud.
Los síntomas del asma incluyen tos, sibilancias, falta de aire y opresión en el pecho, pueden ser leves o graves y aparecer y desaparecer con el tiempo. Aunque a veces reviste gravedad, el asma se puede controlar con un tratamiento adecuado. Las personas que presentan síntomas de asma deben acudir a un profesional de la salud.
Causas
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay diversos factores que pueden aumentar el riesgo de padecer asma, a menudo es difícil encontrar una única causa directa.
- La probabilidad de padecer asma es mayor si se tienen familiares asmáticos, sobre todo familiares de primer grado, como los padres o hermanos.
- Las alergias, como los eccemas y la rinitis, aumentan el riesgo de que aparezca asma.
- La urbanización está asociada a un aumento de la prevalencia del asma, probablemente a causa de varios factores que guardan relación con los hábitos de vida.
- Hay factores que pueden afectar a los pulmones en desarrollo en etapas tempranas de la vida y aumentar el riesgo de padecer asma, como la insuficiencia ponderal del recién nacido, la prematuridad, las infecciones víricas de las vías respiratorias, y la exposición al humo de tabaco y otras fuentes de contaminación del aire.
- También se cree que el riesgo puede aumentar por exposición a alérgenos y sustancias irritantes del entorno. Puede tratarse de contaminantes del aire en espacios cerrados y en el exterior, ácaros del polvo doméstico, mohos y sustancias químicas, humos o polvo en el lugar de trabajo.
- Otro factor que incrementa el riesgo de padecer asma es la obesidad, tanto en los niños como en los adultos.
Tratamiento
El asma no se puede curar, pero sí aliviar con distintos tratamientos. Es habitual usar unos aparatos llamados inhaladores que envían los fármacos directamente a los pulmones. Gracias a estos inhaladores, se reducen los síntomas y las personas pueden llevar una vida normal y activa.
Los inhaladores pueden contener dos tipos de fármacos:
- broncodilatadores, como el salbutamol, que abren las vías respiratorias y alivian los síntomas; y
- corticosteroides, como la beclometasona, que reducen la inflamación de las vías respiratorias y, de ese modo, alivian los síntomas del asma y reducen el riesgo de que se produzcan crisis asmáticas intensas que puedan producir la muerte.
El acceso a los inhaladores es un problema en muchos países. En 2021, la mitad de los centros de atención primaria de los países de ingreso bajo y de los de menor renta de la franja de países de ingreso mediano disponían de broncodilatadores, y un tercio tenían inhaladores con corticosteroides.
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