La reciente designación del nuevo Director de la Caja de Seguro Social (CSS) nos coloca, una vez más, ante el desafío de resolver los problemas estructurales de una institución crucial para el bienestar de más de 3 millones de panameños.
Retos, ante los cuales las dos últimas administraciones simplemente se escondieron de manera irresponsable. Un ciclo repetitivo de crisis y soluciones parciales que nos indica claramente que debemos, de una vez por todas, abordar el problema de manera integral.
Históricamente, las reformas a la CSS han recaído principalmente en solicitar más sacrificios a los asegurados, ya sea mediante ajustes paramétricos como el aumento de la edad de jubilación o la reducción de beneficios. Sin embargo, aun cuando la discusión sobre la sostenibilidad del programa Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) es obligatoria e impostergable, esta estrategia limitada ha demostrado ser insuficiente y, en muchos casos, ha exacerbado la desconfianza y el descontento entre los asegurados. La realidad es que la solución no puede centrarse únicamente en aumentar las cargas sobre ellos, aquí todos vamos a tener que hacer sacrificios.
Además, el nuevo director debe ser el líder de una transformación integral que demuestre a todos que la institución puede y debe ser mejor.
Por ello, el debate sobre el futuro de la CSS no puede ignorar la urgente necesidad de mejorar la calidad y disponibilidad de sus servicios. Los asegurados merecen atención médica de calidad, accesible y eficiente. Esto no es un lujo, es un derecho. Las largas esperas, la falta de medicamentos y la ineficiencia en la prestación de servicios no solo afectan la salud de los ciudadanos, sino que también minan la confianza en la institución.
Uno de los problemas más críticos que enfrenta la CSS es la falta de eficiencia administrativa. Los procesos de compra ineficientes han llevado a la escasez de medicamentos y equipos médicos esenciales. Que se “pierdan” medicamentos de los depósitos de la institución es intolerable y debe ser castigado con todo el peso de la ley. Urge revisar y reformar estos procesos para garantizar transparencia y eficiencia.
La modernización de los sistemas administrativos y la adopción de mejores prácticas de gestión son pasos necesarios para alcanzar una administración más eficiente. No existe ninguna justificación para que no sea fácil y expedito que los trabajadores independientes coticen voluntariamente.
La politización de la CSS ha sido otro obstáculo significativo para su buen funcionamiento. La contratación de personal influenciada por la politiquería y no por criterios técnicos y de necesidad real ha perjudicado gravemente a la institución. La despolitización de la CSS es esencial para su recuperación y fortalecimiento. Necesitamos una administración que responda a las necesidades de los asegurados y no a los vaivenes políticos.
El nuevo Director de la CSS tiene ante sí una tarea monumental, pero también una oportunidad única para liderar un cambio real y duradero. Este es el momento de implementar una reforma integral que aborde no solo las necesidades financieras, sino también la calidad del servicio, la eficiencia administrativa y la despolitización. Es el momento de restaurar la confianza de los asegurados en una institución que debe ser el pilar de la seguridad social en Panamá.
Desde la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) estamos preparados para trabajar junto a todos los sectores involucrados y la ciudadanía en este proceso de transformación. Solo con un esfuerzo conjunto y una visión clara a largo plazo podremos garantizar que la CSS se convierta en la institución eficiente, transparente y confiable que todos los panameños merecemos.
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